domingo, 5 de abril de 2015

Entre el viejo y el nuevo milenio

El mundo unipolar y la globalización económica y política.
El neoliberalismo
En la década de 1960 y 1970, al tiempo que se registraban protestas y movimientos sociales, los países industrializados atravesaban por una crisis que provocó el estancamiento de la producción y la perdida de ganancias. Los precios empezaron a elevarse y los sindicatos reaccionaron demandado aumentos salariales para los trabajadores. Al incrementarse los salarios, el costo de producción también creció y los precios de las mercancías subieron. De este modo, se entró en un espiral de precios y salarios, llamada por los economistas, espiral inflacionaria.
En Estados Unidos de América se producía la cuarta parte de la industria mundial  se consumía 33% de los energéticos. Esto significaba que buena parte del mundo dependía de la actividad económica estadounidense, en especial, los productores de petróleo de Medio Oriente que les suministraban este hidrocarburo. El dólar fue devaluado y, con ello, los precios del petróleo, establecidos en dólares, bajaron también.
La curva ascendente de los precios del petróleo benefició a los países productores que, la crisis modifico las relaciones económicas del planeta pues, desde entonces, desempleo se convirtió en una lacra difícil de borrar y el empobrecimiento de amplios sectores de la población de los países del Tercer Mundo alcanzó niveles de hambre extrema, sobre todo el continente africano.
La "era Reagan"
Cuando en enero de 1981, el exactor de Hollywood y persecutor de comunistas en la era del macartismo, Donald Reagan, tomó posesión como presidente de Estados Unidos de América, anunció su decisión de acabar con el largo periodo de desempleo e inflación padecido por los estadounidenses desde 1973. Para ello siguió las recomendaciones de algunos economistas de adoptar el neoliberalismo y abandonar la política del estado de bienestar.
Dos años antes, en 1979, Margaret Thatcher, conocida como la "dama de hierro", había sido elegida primera ministra de Gran Bretaña. Ella declaró que el neoliberalismo era la única alternativa, y que la competencia entre las naciones, las regiones, las firmas y los individuos permitirían separar lo correcto de lo incorrecto y lo bueno de lo malo, para hacer economías eficientes. Así, Gran Bretaña y Estados Unidos de América, fueron las primeras naciones en aplicar medidas neoliberales.
Los defensores de la política neoliberal sostenían que la desregulación de los mercados, el libre tránsito de gente y mercancías, así como la apertura de las fronteras para permitir la inversión de capitales acarrearían beneficios a todo el globo terráqueo; es decir, a largo plazo, el intercambio mundial resolvería los grandes problemas humanos y eliminaría antiguas conductas negativas cultivadas por empresarios y gobernantes, como la apatía, la dependencia, el paternalismo y el otorgamiento de subsidios.
En ese momento, las potencias industrializadas, reunidas en el Grupo de los 8 (G-8) y convencidas de las bondades del neoliberalismo, exigieron a los gobiernos del resto del mundo del Banco Mundial(BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Mundial del Comercio (OMC):
-La privatización de las empresas ineficientes o improductivas.
-El "adelgazamiento" de los gastos del estado.
-La no intervención de los gobiernos en la actividad económica, con el fin de dejar la competencia en libertad.
La "Era Reagan" comprendió dos periodos presidenciales, de 1981 a 1989. En el primero, Reagan y su vicepresidente George H. Bush, lograron sacar a la economía estadounidense de su crisis inflacionaria y generar empleos, sin embargo, la desigualdad creció. Enemigo declarado de la Unión Soviética -a la cual denominada "el imperio del mal"- en esos años, Reagan emprendió el mayor programa de rearme en tiempos de paz de la historia de Estados Unidos de América. Un ingrediente básico de este programa fue la iniciativa de defensa estratégica (IDE), mejor conocido como Guerra de las Galaxias.
La globalización.
A partir de la caída del Muro de Berlín en 1989, los mercado s internacionales les asumieron que el capitalismo había triunfado y empezaba la era de un solo mundo unido de acuerdo con un mismo sistema económico y un nuevo orden internacional; un sistema unipolar.
La era de la globalización correspondiente del siglo XX se distingue de las anteriores por el aumento del volumen y la velocidad de los intercambios debido a la ,multiplicación y efectividad de las redes de comunicación y el abaratamiento de los transportes. Millones de personas emigraron o viajan de un lugar a otro llevando consigo sus usos y costumbres; millones de personas eligen parejas y tienen hijos con otros de distinta nacionalidad; millones de mercancías van y vienen en barcos, aviones, ferrocarriles y camiones.
Pero el problema fundamental de estos intercambios en que las ganancias se concentran en unas cuantas manos, en grandes monopolios cuyas sucursales o franquicias están en todo el mundo. Con los precios bajos que ofrecen, pues emplean alta tecnología y compran grandes volúmenes de materias primas a los mejores precios, los monopolios elominan la competencia, es decir, quitan oportunidades a los pequeños propietarios y productores.
Al iniciar el siglo XXI, la integración de las economías nacionales en el mercado global, es decir, la globalización o configuración de la "aldea global", arroja resultados muy distintos de los prometidos: deterioro ecológico, desempleo, hambruna, terrorismo, violencia, guerras.
El deterioro ambiental.
 La globalización ocurrida a fines del siglo XX se caracterizo por:
-Explosión demográfica mundial.
-Aumento del consumo.
-Alta tecnificación de la industria.
-Crecimiento de la producción de mercancías, muchas de ellas compuestas por plástico, hule y otros derivados del petróleo.
-Incremento de la velocidad de los intercambios.
-Reproducción del número y la efectividad de las redes de comunicación y los transportes.
Todo esto requirió la intensificación de la explotación de las principales fuentes de energía: el carbón, el petróleo y el gas con alarmantes consecuencias ambientales, sobre todo, contaminación y calentamiento de la Tierra, con modificaciones del clima mundial, generación de sequías, inundaciones y grandes desequilibrios y estragos en la flora y la fauna del planeta.
La destrucción de los bosques para extraer madera, de las selvas y las estepas para ampliar las tierras de cultivo agrícola y ganadero, la contaminación del agua y el aire por los desechos industriales y nucleares, el empleo masivo de vehículos que queman gasolina han estado relacionados también con el crecimiento demográfico, la ignorancia y la ausencia de políticas para el cuidado del ambiente, sobre todo en los países subdesarrollados.
Dado que las medidas para aminorar las consecuencias catastróficas del cambio climático deben emprenderse conjuntamente, a partir de acuerdos internacionales, en 1987 tuvo lugar una reunión en Montreal (Canadá) de la cual se desprendió la firma de un protocolo para detener la destrucción de la capa de ozono de la atmósfera por emisión de gases contaminantes.
El gran problema ha sido que las naciones que más contaminan- Estados Unidos y China- no se han adherido al protocolo de Quioto, es decir, no han aceptado las restricciones que establece.
Algunos movimientos ambientalistas, esto es, movimientos sociales que defienden la protección del medio ambiente, como Greenpeace, Amigos de la Tierra y Ecologistas en acción, señalan que la destrucción del medio ambiente, así como el problema del camino climático podrían reducirse si la producción y el consumo de mercancías fueran más racionales, ósea, si no existiera la enorme oferta de "productos chatarra", el desperdicio y el derroche en un mundo donde, paradójicamente, predominan el hambre y la exclusión.
La violencia y la multiplicación de las guerras.
La permanente carrera armamentista, intensificada durante el siglo XX, ha hecho que ese siglo sea conocido como el "siglo de la violencia".
Los diez millones de muertos de la Primera Guerra Mundial, los mas de cincuenta millones de muertos de la Segunda, las guerras sufridas por la descolonización en África y el sureste asiático (Corea, Vietnam, Camboya, Laos e Indonesia...) las guerras de religión interétnicas y nacionales, así como las muertes por epidemias y desnutrición indican que durante esos cien años la barbarie y la inhumanidad crecieron.
Como se recordara, mientras en la Primera Guerra Mundial, la mayor parte de los muertos y lisiados fueron soldados, en la Segunda y en las subsiguientes la más afectada fue la población civil durante la historia, las guerras habían respondido a ciertas reglas y las dirigían expertos militares y políticos. Con el franquismo, el fascismo, el nazismo y las dictaduras militares, estas reglas se violentaron. Muchos prisioneros fueron tratados como objetos y no como personas y la nueva tecnología permitió la destrucción de poblaciones y ciudades enteras con bombardeos aéreos (Hiroshima, Nagasaki, Vietnam y Camboya) y fabricas de la muerte.
La Guerra Fría concluyo cuando se celebraron dos reuniones cumbres en Reikiavik (1986) y en Washington (1987) entre Estados Unidos de América, con Donald Reagan, y la URSS, con Mijail Gorbachov. Por la iniciativa de Gorbachov, ambos dirigentes acordaron acabar con la carrera de armamentos.
Desde los años setenta, la creciente barbarización mundial ha podido advertirse en los actos terroristas de fundamentalistas islámicos, de israelíes y palestinos, de la ETA en España, del ejercito republicano irlandés (ERI) en el Reino Unido o de las FARC en Colombia. También ha podido advertirse en el resurgimiento del fascismo y el nazismo con los grupos de "cabezas rapadas" en Alemania, Austria y Holanda, que queman casas de emigrantes del Tercer Mundo en los movimientos xenófobos en Francia o en las acciones de los hooligans en Inglaterra que atacan indiscriminadamente al final de los partidos de futbol.
Hoy, existe gran demanda de armas suficientemente destructivas y a precios accesibles. Junto con la producción  y comercio de drogas, las armas han generado un clima de muerte latente, de intenso contrabando y han creado todo un mundo de poderosas mafias.
La emigración y el hambre extrema.
La inmigración africana es uno de los mayores problemas de Europa occidental, aunque a ella también llegan chinos, coreanos, vietnamitas, indios, pakistaníes, turcos y gente de Europa del este, principalmente de la ex Unión Soviética.
Las grandes emigraciones están motivadas por razones económicas ya que en sus lugares de origen la gente sufre desempleo, pobreza e incluso hambre extrema. La brecha que separa a los países pobres de los países ricos; a las minoritarias clases acomodadas de las grandes masas de desempleados, excluidos y marginados se ha profundizado. En los países del tercer Mundo, entre el 10 y 20% de la población concentran el 90% de la riqueza y, a pesar de la impresionante revolución científica y tecnológica registrada en la segunda mitad del siglo XX las guerras y la desnutrición han ocasionado el mayor numero de muertes en toda la historia humana.
En los países subdesarrollados, la natalidad crece de la mano de la mortandad y la miseria, en zonas como Asia, el pacífico y el África negra alcanzan cifras que indican la desaparición de pueblos enteros ligadas a la pobreza y la desnutrición, epidemias, como el cólera, la tuberculosis, la malaria, la lepra y la viruela, han renacido y también se han cobrado muchas vidas.
Los "tigres asiáticos" y las economías emergentes.
La política económica neoliberal presiono a los gobiernos para permitir que los grandes consorcios se instalaran donde mas les conviniera, esto es, donde los costos de producción fueran menores, ya que en sus economías de origen, es decir, en el primer mundo, los salarios y los impuestos eran altos. Así, estos consorcios -también llamados transnacionales por contar con un capital perteneciente a inversionistas de todo el mundo- ya no acumularían capital en el seno de una nación sino que lo distribuirían por todo el globo.
En la década de 1990, la búsqueda de obreros eficientes, dispuestos a trabajar largas jornadas-hasta 14 horas- a cambio de bajos salarios pagados a destajo o por pieza y que además nos demandaran para estaciones sociales, propició que en la ciudad china de Hong Kong y en el sureste asiático (Taiwán, Corea del Sur y Singapur) se echaron a andar numerosas fábricas y talleres con una marcada división del trabajo manual y una alta capacidad de producir baratijas, objetos desechables, juguetes, ropa, textiles, calzado, aparatos electrónicos y de comunicación.
A pesar de las diferentes características geográficas y sociales entre esos países, conocidos como "tigres asiáticos" o "dragones orientales" (Corea del Sur, Hong Kong, Taiwán y Singapur), en las ultimas décadas existe algo que los identifica: su análoga respuesta para enfrentar y salir del subdesarrollo, así como su conversión en enclaves industriales exportadores de productos de consumo masivo.
Aunque estos cuatro países padecen problemas por falta de libertades individuales y altos índices de delincuencia y pobreza, su paso a la condición de primeros exportadores mundiales se explica por:
-Haber adoptado un modelo de desarrollo que favorece las actividades productivas.
-Considerar beneficios fiscales a los inversionistas.
-Otorgar prioridad a la exportación de productos manufacturados para el consumo masivo.
El proceso que les permitió convertirse en potencias exportadores paso por cuatro fases:
-Fabricas y maquiladoras japonesas y estadounidenses se instalaron en estos países, para aprovechar las ventajas que ofrecía una fuerza de trabajo hábil, disciplina y, sobre todo, barata. Los gobiernos autoritarios aseguraron el orden económico, la moderación salarial y la tranquilidad laboral.
-Con los ingresos recaudados por la venta masiva, estos países comenzaron a montar empresas propias dedicadas fundamentalmente a la imitación de productos extranjeros. En esta fase imitativa, los técnicos y obreros aprendieron la tecnología y la aplicación con bajos costos.
-De la fase imitativa pasaron a otra fase relativamente innovadora. Relativamente porque los grandes descubrimientos y las transformaciones importantes siguen ubicándose en el primer mundo.

-Las empresas en fase de innovación no se conformaron con exportar, si no que invirtieron en el exterior para evitar las trabas impuestas a sus productos.

Presentaciones en Slideshare
http://es.slideshare.net/historiaa418/unidad-9-entre-el-viejo-y-el-nuevo-milenio

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